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sábado, 17 de mayo de 2008

Whitesnake - 14 de Mayo de 2008

David Coverdale entra al escenario como quien llega a una fiesta familiar. Desde el campo, que desborda, y desde cada rincón del Luna Park, lo reciben como a un pariente que hace mucho que no pasa por casa. El cantante, camisa blanca, pan talón negro ajustado, va de una punta a la otra y da la sensación de que si pudiera, los saludaría a todos, uno por uno. "Are you ready?", grita. Pero antes de que la respuesta estalle, la aceitadísima máquina de sonido que es el Whitesnake versión 2008 se pone en movimiento y no se detendrá durante dos horas.

El esquema del concierto es tan sencillo y efectivo como muchas de las canciones que Coverdale compuso durante 30 años de carrera post Deep Purple. Y son tantas que no hace falta calentar el escenario para arrancar con los hits. Por eso enseguida llegan Fool for your Loving , de Ready and Willing y Bad Boys, el primero de 1987, por lejos el trabajo discográfico con mejor rating en la selección de temas.

Mientras el líder va y viene y muestra tener todo bajo control incluso esos agudos que ahora visita con menos frecuencia, los guitarristas Doug Aldrich y Richard Beach se reparten los solos. El coro de remeras negras se hace cargo de Love ain't no Stranger mientras Coverdale hace malabares con el micrófono, como uno de sus admiradores con su muleta en alto. Y sigue con la nueva Lay Down your Love, como para justificar la presentación de Good to be Bad, el último CD de la banda. De paso, el cantante aprovecha esos cortes que tan bien le quedan a su voz para mostrar que su garganta está cada vez más caliente, mientras en el centro del escenario las guitarras se trenzan en un duelo sin vencedores ni vencidos.

"Buenos Aires, es para ustedes". Con dedicatoria arranca Is this Love, apenas un remanso para el set de guitarras que antecede a Crying in the Rain, la excusa para que se luzca Chris Frazier en su batería de doble bombo.

La máquina descansa con Deeper the Love. Versión acústica del clásico con Coverdale y Aldrich al frente, más el bajo de Uriah Duffy. La potencia revive con Ain't no Love in the Heart of the Citysigue con Guilty of Love, Give me all your Love (pogo incluido) y Here I come Again. Mención especial para el primer cierre, con In the Still of the Night: el mejor Coverdale, guitarras a toda velocidad, bajo en la espalda y el doble bombo sin respiro.

Y se va el segundo cierre. Si en 1997 los fans lloraban mientras Soldier of Fortune suponía el fin de la historia de Whitesnake, 10 años después, cantarla junto al líder del grupo es todo un rito. Y antes de que se piante algún lagrimón, todo estalla. Versión encendidísima de Burn, con el solo que faltaba, a cargo del tecladista Timothy Dury, y el olé olé olé deivid, se mezcló con el parpel. Fin de fiesta. Abrazos arriba del escenario. Satisfacción abajo. Y una despedida lenta lenta.








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